A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen, prometida de un hombre descendiente de David, llamado José. La virgen se llamaba María. Entró donde ella estaba, y le dijo: "Alégrate, llena de gracia; el Señor está contigo... Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús". María dijo: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra".

(Lc 1,26-28.31.38)